LOS JARDINES DE ARANJUEZ
sábado, 30 de mayo de 2009
Jardín del Parterre y Jardin del Rey, ejemplo de jardín cerrado, pequeño , un “hortus conclusus” muy del gusto del monarca Felipe II que lo consideraba como su paraíso particular
El jardín de la Isla es un jardín fresco, umbrío e intimista , a pesar de haber perdido muchos de sus elementos originales, conserva aún el espíritu del jardín renacentista. Setos de boj, figuras geométricas de mirto y estrechas calles que unen fuentes del mejor gusto, entre las que sin duda sobresale La fuente de las Arpías, mandada crear por Felipe III y hoy más conocida como La fuente del Niño de la Espina. Es en este paraje donde el ingeniero Giulio Cesare Fontana y El conde de Villamediana hicieron realidad la primera de las representaciones del teatro cortesano en Aranjuez: La Gloria de Niquea.
En el siglo XVII era ése un espacio abierto y sin apenas arbolado, por lo que poco meses antes de la representación se mandaron plantar una serie de árboles para ajardinar la zona.
El jardín del Príncipe
El jardín a lo largo de su historia, ha tenido distintos nombres como: Jardín de los Negros, de la Felipa, del Sotillo, del Esparragal, del Lombardo… hasta que en 1772 pasó a llamarse definitivamente Jardín del Príncipe. Los orígenes del Jardín lo formaban huertas con el nombre de Jardín de la Primavera, todavía existe, está situado a la derecha de la entrada principal. Justamente en esta zona del jardín se celebró la representación de El Vellocino de oro, de Lope de Vega y de Querer por Querer de Antonio Hurtado de Mendoza, obras éstas escritas para las Fiestas Reales de Aranjuez de 1622
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